¿Alguna vez has entendido la situación de un ser querido con más claridad que él o ella, pero no estabas seguro de si decir algo o morderte la lengua? El otro día, mi amiga estaba hablando sin parar en una nube de enojo, confundida por su novio infiel, y yo sólo quería decirle, “Deshazte del idiota!” El mes pasado, dos miembros de mi familia estaban involucrados en conductas y actitudes que eran perjudiciales para los dos, pero no estaba segura de hacerles darse cuenta. Después de todo, son sus vidas, ¿verdad?
Algunas personas dirían que es importante ser siempre honesto y decir lo que piensas a las personas que te aman, sin importar qué. Pero como Sagitario, he aprendido que compartir nuestras ideas con honestidad tiene mucho más matices que eso. (Los Sagitarios son conocidos por ser extremadamente intuitivos y observadores, pero también a veces demasiado contundentes.) Mientras que en mis días de juventud, compartía inmediatamente y cándidamente lo que veía, pensando que estaba siendo servicial, ahora considero algunas preguntas importantes antes de abrir mi boca:
1. ¿Esta persona está o quiere estar consciente? A veces, la gente sólo tiene que desahogarse. Ellos en realidad no quieren salir de su difícil situación, sólo quieren un oído atento. Sabrás que este es el caso cuando ofreces puntos de vista perspicaces y una solución clara del problema que se están quejando, y en lugar de despabilarse y decir gracias, siguen quejándose aún más.
2. ¿Han pedido tu consejo y punto de vista? Si no es así, guardo mis observaciones intuitivas para mí. A menos que me hayan invitado específicamente a compartir mi retroalimentación, ya sea en el momento, después de preguntar si la quieren, o implícitamente (ya que somos muy cercanos y eso es lo que hacemos uno por el otro), no me toca decir nada.
3. ¿Seré de ayuda o dificultaré su aprendizaje al hablar? Todo el mundo está en su propia curva de aprendizaje, cometer errores y (es de esperar) elegir y actuar más sabiamente en el futuro. Muchas veces, sin darnos cuenta, rescatamos a los otros en lugar de dejarlos caer o fracasar. Como resultado, en realidad les robamos el aprendizaje que necesitan en ese momento para que puedan avanzar en sus caminos.
4. ¿Se trata de una situación de vida o muerte o de otra manera muy grave? Por supuesto, cuando alguien está haciendo algo que está poniendo en peligro su vida, todas las restricciones son nulas. ¿Estás casado con alguien que físicamente o emocionalmente abusa de tí? Vas a oír mi opinion directa, sin reservas. ¿A punto de tragar unas pastillas en un desesperado intento de suicidio? Te quito las píldoras y rápidamente las tiro por el retrete; puedes aprender esta lección más lentamente con tu psicólogo.
En suma, sólo porque ves claramente situaciones de los otros y quieres ayudar, no significa necesariamente que debes. A veces, la gente no quiere ser ayudado. En otras ocasiones, aún cuando piden tu ayuda, no están listos para tomarla. No lo tomes como algo personal si no escuchan o no siguen tu consejo; ¿cuántas veces tú mismo has ignorado el sabio consejo de otros, llegando a las mismas conclusiones y decisiones mucho más tarde?
Si no estás seguro de si hablar o callarte, revisa estas preguntas claves. Si todavía no estás seguro, confía en tu instinto y sabrás que todo va a salir bien. Si dices demasiado, te van a perdonar después, y si no, no estaban destinados a estar en tu vida nunca más. Si no dices nada, lo van a averiguar por su cuenta cuando sea el momento adecuado. La vida es un proceso alegre de crecimiento, y al final, los únicos que se encargan de despertarnos somos nosotros mismos.
© 2013 por Laurie Gardner